Olivos

"Cosechando"


Esta finca tiene plantados, como cultivo de alimentación principal, limoneros y olivos.

Todos ellos siguieron, desde sus comienzos, los principios de la agricultura ecológica.

Lo cosechado, cada año, no es para la venta, sino para el autoconsumo de nuestra extensa familia.
Hay olivos, que unos años no dan oliva, otros sí. De tal manera que no teniendo el 100% del rendimiento siempre, podemos llegar a un mínimo para que una almazara nos dé nuestro propio aceite, libre de pesticidas, fertilizantes químicos y herbicidas. Nuestra finca jamás ha utilizado productos de síntesis venenosos para el ser humano y los animales.

Y además, al ser algo más que un cultivo de olivos y limoneros, hablamos también de agricultura regenerativa. La creación de suelo, setos cortavientos, combinación con otras especies vegetales, en forma de policultivos, integración con especies animales salvajes... lo atestigua.

La recogida de la oliva se hace en un clima familiar de conexión con los árboles. No se utilizan ningún tipo de maquinaria. Los árboles se peinan con unos peines, mientras se va oyendo el caer de las olivas a las mantas dispuestas en el suelo. Nos subimos a los árboles en auténticos ejercicios de contorsión más parecidos al pilates que a algún tipo de forzamiento de los músculos. Salir de un árbol te aporta una especial tonificación al cuerpo. Sales fortalecido y relajado a la vez. Cuando cierras los ojos por las noches, la mente se te llena de hojas y olivas en una agradable entrada al sueño.

Nuestro campo... digamos que es una especie de oasis de buenas prácticas y refugio de animales, en medio de un campo maltratado por la agricultura intensiva.




Los hinojos existentes entre los olivos, se conservan. Tienen varias funciones: atraer a insectos polinizadores, retener el agua de lluvia cuando baja con fuerza de la colina y servir de mulching (cortándolos a mano, sin uso de herbicidas, ni máquina desbrozadoras).

En cada árbol, cada verano, se coloca una botella con hidrolizado de proteínas, para atraer a la mosca de la fruta. De esta manera evitamos el uso de plaguicidas, tan dañinos para el agricultor, el consumidor y demás insectos benefactores.

Conversaciones bajo un árbol