Estamos en una zona muy seca, donde las sequías son muy fuertes. Y el terreno heredado estaba falto de materia orgánica. Un terreno muy pedregoso, compactado, calcáreo y cerca de la roca de la colina.
Por todos estos motivos necesitamos crear suelo y hacer por conservar al máximo la humedad.
El sistema de riego escogido para los olivos es el de goteo. Aunque son árboles de secano, en nuestros parajes la sequía se ha prolongado durante décadas, con la sola excepción de alguna dana anual o cuatro gotas esporádicas. Nuestros olivos sufren con dureza esta situación. Por esta razón cada gotero es cubierto por paja, restos de poda triturada y cartones, haciendo el papel de mulching y de cobertura, de sombra, para conservar al máximo, la poca agua que llega a los árboles.
Hace dos generaciones, cuando la bisabuela Lola era joven (allá por la década de los 30 del siglo XX) y trabajaban estos bancales, cosechando guisantes (pésoles) llovía con frecuencia y durante varios días. La situación ha cambiado muchísimo, radicalmente, debido al cambio climático.
Ni los rastrojos, ni la poda no se quema
(evitando riesgo de incendios y emisiones de carbono a la atmósfera).
La poda se tritura en la misma parcela, para aprovecharla como mulching.
Restos de cañas invasoras, hojas de higueras aprovechadas y poda en general