"Lo pequeño es muy importante para tener un suelo vivo, que permita la vida de lo grande en nuestro huerto"
En nuestro huerto utilizamos lo que se llama agricultura regenerativa.
Empecemos por enriquecer nuestro suelo con microorganismos. Y para no esperar cientos de años, añadamos la materia orgánica que ellos transformarán en nutrientes para las plantas.
Y como las lombrices son una magníficas colaboradoras aumentemos también su presencia en el terreno.
Podemos elaborar nuestra comida para el suelo, el compost, mezclando, de una forma sencilla, los desperdicios vegetales de nuestra cocina con la celulosa.
Esta celulosa puede ser las hojas y restos vegetales de nuestro campo o trocitos de papel o cartón. Y dejándolo bien mezclado, fermentar en montones. Hay muchos vídeos en youtube que nos explican muy bien como hacerlo. Ya sea con la ayuda de lombrices o sin ellas.
En las latitudes donde la radiación solar es muy fuerte, esta mata los microorganismos de las capas superiores del suelo. Por tanto hay que proteger el suelo. Ya sea con cubiertas vegetales, mantillos o acolchado, con una capa gruesa de broza y restos vegetales. A falta de esto, lo podemos hacer también con cartones o piedras.
La fertilidad del suelo es la base del aumento de la biodiversidad y de nuestro éxito en la productividad del huerto.
Una vez que tengamos bien desarrollado nuestro suelo no es necesario arar para así no alterar la vida de los microorganismos que viven a distintas profundidades.
El suelo fértil es un sumidero de carbono atmosférico. Lo que contribuye a controlar el efecto invernadero y por tanto el cambio climático.
La pérdida del suelo lleva a la desertificación del lugar.
Compostero
Mezcla de materia rica en nitrógeno y carbono. Nueve meses después transformado en rico y nutritivo compost.
Lombricompostero
Creando suelo. Zanja de infiltración
Es de destacar que cuando comenzamos el amontonamiento de compost ponemos en la base un plástico para recoger los lixiviados. A los dos o tres meses, aproximadamente, cuando ya no se producen, ponemos el plástico encima. Si amenaza lluvia o, en verano, ponemos los cartones para que no se eleve mucho la temperatura. Otras veces, se pasa el compost al vermicompostero para que las lombrices terminen el proceso.